Karla Tobar: una joven madre que enfrenta el cáncer con optimismo para darle lo mejor a sus hijos
Karla Tobar Rojas es una joven madre antofagastina de 32 años que actualmente vive en Calama. Hace algo más de 1 año, luego de sentir un pequeño bulto en una de sus mamas acudió a consultar a un médico para ver de qué se trataba. Tras algunos exámenes, se confirmó un cáncer de mama.
Comenta que al momento de recibir la noticia de su diagnóstico lo tomó con tranquilidad. “Siento que hoy en día los avances en medicina dan mejores expectativas sobre esta enfermedad, por lo que siempre he tenido pensamientos optimistas sobre el futuro”.
Agrega que “no lo tomé a mal, lo conversé con mis hijos, mi pareja y decidimos darle para adelante”.
De ahí que su confianza está sustentada, además del tratamiento que le ofrece la medicina, en la fuerza que le inspiran sus hijos: Sebastián y Renata, de 11 y 5 años respectivamente. Ellos se han transformado en los pilares y fuente de energía para superar su cáncer.
Karla, tras una cirugía para extraer la masa de su mama izquierda comenzó un tratamiento de quimioterapia en el Centro Oncológico del Norte, el cual partió a principios de abril con su primer ciclo.
Siempre positiva
Desde un principio se planteó tener una actitud positiva y evitar pensamientos pesimistas. “Uno no saca nada con matarse psicológicamente. Uno tiene que darse animo por los hijos. No puedo quedarme en cama porque sé que mis hijos tienen que ir al Jardín y a la Escuela; porque quiero acompañarlos en sus actividades y disfrutarlos en cada momento”.
Enfatiza que nunca se sintió abrumada por el cáncer. “De hecho nunca me he preguntado por qué yo. Pienso que todo pasa por algo, Dios sabe porque hace las cosas y todos debemos pasar por diferentes tipos de cosas, y a mí me tocó pasar por esta”.
Si bien cree que es normal que padecer cáncer provoque ver la vida de manera distinta, en su caso tampoco fua algo tan dramático. “Igual ahora trato de pasar más tiempo con mis hijos, aunque antes también lo hacía, pero ahora los disfruto más”.
Hablar con los hijos
Recuerda con algo de emoción cuando le contó a sus hijos sobre su enfermedad. Dice que siempre trató de ser bien clara y acorde a la edad de los niños para que comprendieran bien la situación. “La más chica, por su edad, creo que aún no dimensiona bien todo, pero el más grande, Sebastián, es un amor de persona, me dijo -por ejemplo- que, si a mí se me caía el pelo o las cejas, él también se lo cortaría”.
También recuerda el llanto de su hijita al momento de cortarse el cabello cuando éste se le empezó a caer. “No sé realmente porque lloró tanto, sólo me decía “no mamá, no quiero que cortes el pelo”, a mí también me dio algo de pena y me quebré un poco, pero le expliqué que luego me iba a crecer de nuevo, ahí se tranquilizó e incluso ayudó a cortarme el pelo”, relata Karla, mientras se le humedecen los ojos.
Poder mujer/madre
Cuenta que las quimios (por estos días se realizó su segundo ciclo) las ha tolerado bastante bien. “Ya sé -por ejemplo- que al tercer día después del tratamiento no me siento muy bien, ando decaída y con menos energía, pero luego se me pasa”.
Es justamente es esos momentos donde el poder de mujer/madre de Karla aflora con en todo su esplendor y con todos sus colores.
«Una como mamá siempre trata de estar al 100% para los hijos, pero hay veces en que uno sólo está al 80%, como cuando salgo de las quimios, pero igual me las arreglo para estar al máximo con ellos, acompañándolos en sus actividades, no al mismo nivel, pero siempre apoyándolos”, dice la joven madre con un dejo de orgullo y emoción.
“Dios les da las batallas a las personas más fuertes. Y el sólo hecho de ser mamás nos hace guerreras y fuertes para superar esas batallas”, sentencia Karla.