La detección temprana del cáncer de próstata es fundamental para que su tratamiento sea exitoso
El cáncer de próstata es la tercera causa de muerte de hombres en Chile, por lo que es reconocido como una prioridad sanitaria en el país. A nivel regional, según el Registro Poblacional de Cáncer Trienio 2008-2010, esta enfermedad se ubica en el tercer lugar entre las patologías oncológicas que más afecta a los hombres de la región de Antofagasta, con una tasa bruta de incidencia (TBI) de 31,7 por 100.000 hombres.
Para conocer más sobre el cáncer de próstata, conversamos con el Dr. Aroldo Fernández Bustillo, médico oncólogo radioterapeuta del Centro Oncológico del Norte.
Una de la primeras cosas que nos explica el facultativo es sobre los mitos que rodean a esta patología, principalmente respecto de la forma de detectarlo y qué momento acudir a una consulta con un médico especialista. “Esto es muy relevante, puesto que este es un cáncer que se manifiesta cuando ya está en una etapa avanzada, de ahí la importancia de poder detectarlo precozmente”.
En este sentido, el especialista explica que “la edad adecuada para realizarse los exámenes preventivos – es decir una prueba de Antígeno Prostático en sangre y un examen físico tacto rectal- es a partir de los 50 años”.
Agrega que en caso de existir antecedentes de familiares directos con cáncer de próstata, estas pruebas preventivas deben iniciarse a partir de los 40 años.
El Dr. Fernández enfatiza “que el resultado de un antígeno prostático sea elevado, no necesariamente implica estar en presencia de un cáncer de próstata, puesto que puede haber otras razones que expliquen esto. Por eso es importante acompañar estos resultados con el examen tacto rectal realizado por un especialista, en este caso, un urólogo”.
Con ambos resultados es posible obtener un diagnóstico, que si establece una sospecha de cáncer, se procede a realizar una biopsia prostática – usualmente en forma ambulatoria – que si confirma el diagnóstico, se debe evaluar el grado de diseminación (etapificación) de la enfermedad.
Factores de Riesgo
Respecto de los factores de riesgos asociados al cáncer de próstata, el Dr. Aroldo Fernández explica que los más importantes son la edad y los antecedentes de familiares. “Si existe algún familiar de primer grado que presente o hayan padecido esta patología, aumenta las probabilidades de desarrollar un cáncer de este tipo”.
Otros factores asociados, pero en menor grado, son el tabaquismo, obesidad y sedentarismo.
Tratamientos
Según explica el médico radioterapeuta del CON, los tratamientos o formas de abordar el c´nacer de próstata, va a depender de la etapa en que se encuentre. “Si la enfermedad es detectada precozmente y presenta un buen pronóstico, se hacen vigilancias activas, es decir que dadas las buenas características de la enfermedad, al paciente sólo le hace seguimiento para ver el comportamiento de la misma”. Agrega que si en alguno de estos seguimientos se observa una alteración, ahí se aplica algún tipo de tratamiento.
El pilar de los tratamientos para el cáncer de próstata es la cirugía, es decir, sacar la próstata y en muchos casos, también los ganglios que están ligados a ella. Sin embargo, explica el Dr. Fernández, “con el avance de las técnicas y las investigaciones, hoy también se le puede ofrecer al paciente, además de la vía quirúrgica, tratamientos con radioterapia, que es la aplicación de radiación directamente en la zona donde ubica la lesión o tumor”.
También hay casos en que se aplican ambos tratamientos. Donde luego de realizar una cirugía, también se agrega la radioterapia como terapia complementaria.
De acuerdo con el Dr. Fernández, la mayoría de los tratamientos que se realizan contra un cáncer de próstata detectado a tiempo es con fines curativos y con muy buenos resultados.
Actividad sexual
El médico explica que todo tratamiento implica algún efecto adverso. El tema de la actividad sexual luego de un tratamiento contra el cáncer próstata es una de las preguntas más frecuentes por parte de los pacientes.
En este sentido, el Dr. Fernández explica que una vez terminado el tratamiento es normal que la actividad y deseo sexual se vea disminuido. Sin embargo, con el paso del tiempo y con la ayuda de otras terapias, es posible recuperarla de una manera muy cercana a la normal”.