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26 de agosto de 2019

Lograr la estabilidad emocional es de gran ayuda para el paciente en tratamiento oncológico y también para su entorno familiar/social

No hay dudas que un diagnóstico de cáncer impacta en lo más profundo en la vida de cualquier persona que lo reciba. Impacto que también alcanza a su entorno inmediato. Familiares, amigos y cercanos también se ven afectados. Es una situación en la que, además de lidiar con las consecuencias colaterales derivadas del tratamiento en sí, provoca un cambio total en la perspectiva que se tenía de la vida. Así, proyectos, planes y sueños parecen congelarse, tornarse difusos e incluso desvanecerse.

Por eso, desde hace más de un año que en el Centro Oncológico del Norte implementó la Unidad de Psicología Clínica, que en términos generales, presta apoyo a pacientes oncológicos se atienden el CON y que son derivados, ya sea desde las áreas donde se brindan tratamientos curativos, o desde la Unidad de Alivio del Dolor y Cuidados Paliativos.

Según explica el jefe de esta unidad, el psicólogo Rodrigo Núñez, “la palabra “cáncer” desde un inicio causa temor e inmediatamente se vincula con la muerte, dolor o mucho sufrimiento; por eso, el aporte de la psicología, desde una perspectiva de la salud mental, es vital para apoyar a los pacientes y a sus familias”.

Pero este trabajo no se da desde manera aislada, sino que forma parte de una intervención integral y multidiciplinaria del paciente, en la que participan médicos, enfermeras, nutricionistas, kinesiólogos, entre otros profesionales de salud, dentro de los cuales se encuentran los psicólogos.

Núñez cuenta que la intervención de la unidad de Psicología Clínica parte una vez que ya se cuenta con un diagnostico acabado del paciente, por lo que es en ese momento que se inician las sesiones psicológicas, las que se diseñan de manera específica de acuerdo a cada situación.

“Es importante diferenciar aquellos pacientes a los que se les está aplicando un tratamiento curativo, que es aquel en que se busca sacar la enfermedad del cuerpo (por decirlo de alguna manera); y aquellos que se les hace un tratamiento paliativo, que se relaciona con poder entender que la enfermedad va a acompañará al paciente hasta el final”, explica Núñez.

En este sentido –agrega- lo que buscamos, más allá de un tratamiento, es generar un vínculo con persona para posibilitar la confianza con ella, que se sienta acogida, que se sienta escuchada, y que puede satisfacer sus dudas también”, dijo el psicólogo del CON.

De esta manera, más que visualizar una terapia, se tiende a lograr un acompañamiento de los aspectos emocionales, para que de esta forma buscar cierta estabilidad en la persona, con el fin que asuma el tratamiento oncológico con una disponibilidad positiva.

Cuando se estos dos elementos están presentes, es decir, estabilidad emocional y disposición, los pacientes oncológicos  logran tomar la enfermedad y su tratamiento con más calma, comprensión y se vinculan de mejor manera con todo el proceso.