La salud mental de los pacientes con cáncer y su entorno familiar y social; incluso para los trabajadores de la salud que se desempeñan en áreas o centros de oncología, es de suma importancia en el proceso de enfrentar esta enfermedad. El diagnóstico y tratamiento del cáncer pueden ser una experiencia emocionalmente abrumadora y desafiante para todos los involucrados.

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Hace unos días la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró el Día de la Salud Mental, considerándola como un derecho humano universal. “Todas las personas, sin importar quiénes sean ni dónde estén, tienen derecho a gozar del grado más alto posible de salud mental, lo que incluye el derecho a ser protegido de los riesgos para la salud mental; el derecho a una atención disponible, accesible, digna y de calidad; y el derecho a la libertad, la independencia y la integración en su entorno social”.

En el caso de las personas con cáncer, la salud mental adquiere una relevancia fundamental durante todo el proceso, tanto en la etapa diagnóstica como en la del tratamiento de su enfermedad. Situación que también se extiende a familiares y cercanos.

Según explica el psicólogo y jefe de la Unidad de Psicología Clínica del Centro Oncológico del Norte, Rodrigo Núñez, “la importancia de la salud mental en los pacientes oncológicos tiene que ver con el cómo ellos van viviendo todo este proceso”.

Según explica el profesional, los tratamiento contra el cáncer, ya sea utilizando la radioterapia, la quimioterapia u ambos, van generando algunos efectos adversos en la parte física de los pacientes, pero también se producen otros efectos en su parte emocional, por lo tanto en su salud mental.

“Aquí, lo importante es abordar la parte emocional, los sentimientos del paciente, de manera tal, que éstos se relacionen de buena forma -de una maneta funcional- con la enfermedad, para que ellos puedan sentir y mantener el control de su vida, mientras lidian con esta enfermedad que los va acompañar buena parte de la misma”.

Otro aspecto que destaca el jefe Psicología Clínica del CON es que al mantener o estabilizar la salud mental de un paciente oncológico, se favorece la adherencia al tratamiento que se está realizando. “Todo lo que uno haga emocionalmente tiene un correlato interno que se da en base a la movilización sustancias químicas, de neurotransmisores y hormonas que, sin dudas, también influyen mucho en potenciar los tratamientos, lo que permite o facilita que los pacientes mejoren su calidad de vida, ya sea que sus terapias sean curativas, para controlar o paliativas”.

Funcionarios

Rodrigo Núñez explica que la salud mental de los funcionarios que trabajan en oncología también es un factor muy relevante a tener en cuenta, “porque nos va a predisponer para ver cómo trabajamos, cómo nos relacionamos con el paciente, el tipo de calidad en la atención que damos”.

El psicólogo agrega que este es un punto que está tomando mayor énfasis y se prevé que siga siendo considerado como de importancia. “Ya que es relevante que podamos -de alguna manera- aprender a priorizar nuestras necesidades con el fin de mejorar en todo ámbito: emocional, física, mental y espiritualmente”, finalizó.

*Equipo de psicólogos clínicos del Centro Oncológico del Norte, Carolina Martínez, Rodrigo Núñez y Laura Contador.